Mark Rothko, uno de los grandes artistas plásticos del siglo XX, y uno de mis pintores favoritos, nació en Letonia (1903-1970), aunque vivió gran parte de su vida en Estados Unidos. Fue una de las figuras más destacadas del expresionismo abstracto americano de los años 40, junto a Barnett Newman y Jackson Pollock.
Sus cuadros, ofrecen siempre la temática de los campos de color, dispuestos normalmente de manera horizontal, en número de dos, tres o cuatro, habitualmente sobre un fondo de otro color. Rectángulos de grandes formatos confrontados de colores y con bordes desdibujados por veladuras. Nuestra primera impresión puede ser la de encontrarnos frente a simples cuadrados de colores que hubieran podido ser realizados por cualquier aficionado. Sin embargo, son pocos los que saben que a Mark Rothko le tomó cerca de 20 años llegar a ese nivel de abstracción.
La intención del artista era que el espectador participara de una experiencia mística, de ahí los grandes formatos de los cuadros. Rothko dotaba a su obra de un sentido religioso. A Rothko sólo le interesaba expresar las emociones. La obra de arte tiene entonces un sentido de búsqueda del propio yo, de invitar a la reflexión y a la introspección. Según sus propias palabras “expresar las emociones humanas más elementales. La tragedia, el éxtasis, la fatalidad del destino…”
Las obras de Mark Rothko son hipnotizadoras y seductoras, y plasman su ideal de que la pintura debe ser “la expresión simple de una idea compleja”; esa es, justamente, la clave de la oscuridad que envuelve tanto a su obra como a su vida.
Al principio su obra tenía colores más llamativos y positivos, vivos y brillantes, como el rojo, el amarillo, verde…, sin embargo al final de su vida, sus cuadros estaban plagados de tonalidades oscuras, como el verde, violeta, marrón y sobre todo los negros. Este cambio en la paleta de colores se asocia al estado depresivo del artista que le llevó al suicidio.
En la fotografía, “Centro blanco (Amarillo, Rosa y Lavanda sobre Rosa), puesto en venta por Rockefeller, fue subastada en Sotheby´s por 72,8 millones de dólares!