Aparte del muy interesante Feng Shui, otra filosofía proveniente de oriente y con la que también comulgamos es el Wabi-sabi: la sencillez rústica de origen Japonés. Rústico en el sentido de simple, sin artificio, con superficies rugosas o irregulares. Minimalismo cálido.
Es el arte de encontrar belleza en la imperfección. Valora la simplicidad, los entornos más bien modestos. Lo auténtico es la clave del Wabi-Sabi. La presencia de rayadas o roturas en las cosas son consideradas símbolo del paso del tiempo y de la autenticidad de los objetos. Objetos con historia, con años…
Las cosas Wabi-sabi son expresiones del tiempo congelado. Están hechas de materiales que envejecen, son más auténticas; registran el óxido, el viento, la lluvia, el sol…y son objetos, vividos y usados. La decoración se inspira más en las personas que viven el espacio y que disfrutan los objetos.
El espacio Wabi-sabi es simple, dinámico, imita a lo natural, juega con los claros y los obscuros en la iluminación, pocos elementos, colores contenidos, blancos y tierras, temas de la naturaleza…y texturas, maderas, mimbres, troncos secos, hojas, ramas, piedras, cerámica… elementos naturales.
Seguro que no habéis reparado en algunos objetos que tenéis en vuestras casas, que serán muy “Wabi-sabi”, y que a lo mejor creéis que ya no sirven y no os gustan…una antigua taza, una mesa algo estropeada por el paso del tiempo, unas ramas secas.. ahora podéis verlos con otros ojos y encontrarles un rincón en vuestra casa y disfrutarlos!
El interiorista belga Axel Vervoordt, cuyo trabajo refleja esta filosofía, ha publicado varios libros, entre ellos “A Wabi Way”.
Me parece que al encontrarlo me encontré a mi mismo, soy megafan de esta filosofia. Vivo en un piso pequeño y por mucha información de decoración que vea, no voy a usar ni un 2% de ella, uno porque tiendo a usar lo que necesito las cosas puramente esteticas pierden interés al tiempo, y 2 porque adoro las cosas naturales, orgánicas, este minimalismo funcional que te relaja por dentro. Adoro el Wabi sabi!