Las chimeneas de obra envejecen muy bien, para mi gusto; se integran en la estancia perfectamente.
Lógicamente son chimeneas a medida, lo que las hacen más caras que las compradas e instaladas, pero marcan la diferencia; son más caras pero no es descabellado y son para toda la vida, si se hacen bien, claro.
Al hacerse in situ, a medida, se personalizan, se pueden hacer con ladrillo refractario, con morteros ignífugos, en fin, distintas opciones que las hacen muy interesantes.
y donde hay una chimenea, que se quite la tele…; eso sí, si en la estancia hay que poner una tele no la pongáis encima de la chimenea, mala idea; hay que ponerla en otra pared, nunca en la misma que la chimenea, a no ser que utilicemos una o la otra y nunca coincidan ya que la luz de la chimenea molestará mucho para ver la tele.
Junto con la chimenea es muy recomendable hacer también un leñero para acumular piezas y no tener que ir haciendo viajes; además si se hace bien es hasta interesante desde el punto de vista estético y nos ayudará con el Feng Shui de la estancia.
Importante no olvidarse del cenicero, parte no imprescindible pero muy recomendable; te ahorrarás tener que limpiarlas después de cada uso, pudiendo alargar esa limpieza unos cuantos usos, dependiendo lógicamente del tiempo de uso y del tamaño del cenicero.
A nuestro entender, la chimenea es una pieza que no debería faltar en ninguna vivienda; ninguna vivienda que esté en planta baja y tenga acceso fácil a la leña y su almacenaje, porque si no es un verdadero coñazo y entonces no la recomendamos en absoluto; hemos instalado varias en áticos o pisos en altura y al final es muy engorroso el transporte y acopio de leñano y se termina por no utilizarlas.
