La cal natural es un material que se ha utilizado tradicionalmente en la arquitectura para revestir paredes.  Es un material natural y sostenible que no intoxica el aire de nuestro entorno ya que está libre de sustancias patógenas y además, algo muy importante, es transpirable. 

La cal se puede utilizar tanto en interiores como en exteriores, al ser transpirable regula la humedad; en ambientes húmedos de la casa, como son los baños, es una excelente opción como acabado; se puede usar para terminar duchas, bañeras, paredes, piscinas… ya que proporciona un acabado protector y resistente. Se utiliza, por ejemplo, cuando queremos quitar el moho de una superficie; una vez se ha eliminado el moho lijando la superficie, o tratándola con productos específicos para ello,  se usa pintura a la cal como acabado para que no vuelva a aparecer. 

Los materiales biocompatibles, como la cal, favorecen que la vivienda se comporte como un conjunto vivo, capaz de interactuar positivamente con el entorno y las personas a fin de que la vivienda sea para nosotros como una segunda piel (colaborando en la lucha contra el síndrome del edificio enfermo).

La cal hidráulica natural cumple todos estos requisitos. Al ser un material poroso y altamente transpirable, permite un buen intercambio de vapor de agua entre el interior y el exterior, consiguiendo que las paredes de la casa “respiren” sin perder las propiedades de aislante térmico. La cal actúa como un regulador natural de la humedad en el hogar; cuando el ambiente es muy húmedo absorbe humedad y cuando es más seco, devuelve humedad al ambiente.

La cal es un material económico, de aplicación fácil y rápida. Tanto para morteros, revestimientos o pinturas, puede aplicarse a mano o de forma mecánica con una revocadora. Presenta buena capacidad de anclaje y adhesión en prácticamente todas las superficies y muros, lo que permite unificarlos con facilidad.